a mano espectral
arribar a ti, con fruición esperar tu llamado. Si no he desesperado a esta altura, tampoco habría de sucumbir ante un llamador falso, vestido de bata larga, fachada de originario. Beso el umbral de tu puerta, venero las horas que transcurren, agradezco el agua que recibo. Depositas en mis manos un espiral magnético. Lo tomo. Lo sostengo y me sumerjo dentro. Viaje adentro de mis manos, ambas nuevas figuras, parten de mi nuevo cuerpo hacia direcciones más que infinitas, más que fractales, más que cajas chinas, manos chinas, estrellas de cinco puntas, pues son ellas quienes deciden el manoteo entre estas teclas. Sabias, urden los lugares que te llaman, cometen faltas de ortografía, me silban cuando estoy perdida y aún, me esparcen las migas para que no vuelva.
Dominan el derecho y el reclamo, deciden cómo, cuándo y dónde, acicalan mi pelo hasta una patética autocensura, deducen sus impuestos de mis sudores y no anclan nunca demasiado dolor entre mis puertos. Cocinan con claves secretas, usan cilantro, pimienta y canela, me tocan la frente cuando no tengo nada por decir. Ociosas, me tocan el resquemor, la tibia punta del carretel corre como niña en la penumbra. Mis manos la persiguen, cuando la tocan se va convirtiendo en oro y van hilándose en la mentira más hermosa, la de mi cuerpo tocándose día a día, noche a noche; una fugitiva de apellido Midas toca la puerta desesperadamente, ya sabe quién soy, ya encontró mi escondite y está dispuesta a cualquier cosa con tal de ser ella quien me despierte. Una mano abre la puerta que tocan, la otra abre una puerta en el suelo, no seré yo quien claudique de esta enfermedad, aunque sean ellas quienes al final me tomen del cuello y me conduzcan hasta el fondo del pasillo, al recoveco del estanque y el ojo del olvido, aunque sean ellas quienes no finjan que por más tiempo estamos hoy de paso, aunque tomen el teléfono y llamen a todos mis muertos para decirles que ya voy en camino, hasta que por fin se haga todo lo que necesita ser hecho y que esté escrito en el cuerpo de cada una con tinta indeleble o un bisturí que se avecina.
1 comentario:
tus manos o mis manos
las mismas manos
lo atesoro
prima hermosaaaaa
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