4 abr 2008

sueño que lentejuelas IV

Nombre, me llamaste.

Me dijiste nombre,

Y de la caída al golpe

Pude y me detuve.

Ausencia, respondí.

Llenaste tu boca de la palabra;

el silencio, y reclamaste lleno.

E hiciste bien.




*


júpiter a la deriva,
sin cosmos
donde ir a naufragar.
en él, no vacilo:
una bruma, compañera silenciosa


*


no pude soportar el grito de esas almas,
y me eché a cantar,
me eché a llorar,
a suplicar.

y por la lluvia subían los locos
riéndose desesperadamente,
gada gota que tocaba un loco
se convertía en un honestísimo cristal.

así
cada uno se bañaba con un nombre,
se bañaba en su verdadero rostro
adveniendo pasajero tonal


*


el origen de mi presente
empieza con el latido
de este instante

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